Ninguna pérdida auditiva es igual a otra. En efecto, entre “oír bien” y “no oír casi nada” hay muchas graduaciones. Por ello, la audiometría permite distinguir entre una pérdida leve, moderada, severa y profunda. El habla humana
se compone de notas y sonidos en diferentes volúmenes y ámbitos de frecuencia. Estos se visualizan en la audiometría, con la ayuda de la “banana auditiva”, como consonantes, vocales y sonidos silbantes